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martes, 26 de abril de 2011

Rare.

Hoy no. Pero quizá mañana, quizá algún día.. las noches fluyan y las tuyas se acompasen a mi ritmo, se dejen llevar por una vez. Quizá mis ojos dejen de hablar solos, las calles despierten de su dormir a medias, el mudo avance de nuevo. Para entonces el viento habrá aprendido a enredarse con mi pelo, con mis pulmones, a deslizárse por mis oídos y por mi tráquea, hasta llegar a los más profundo de mí, hasta alcanzarme. Y lo dejaré avanzar, sin prisas, sin pausas, sin frenos, mientras me llena con su sonrisa tenue, con sus olores, en este vacío que amenaza con apoderarse de mi. Y de tí al fin y al cabo, por ser tan cabezota, por haberme abierto el pecho y haberte instalado en mi guarida, en ese refugio que era sólo mio, inquebrantable, ese que tu destrozaste con tanta facilidad para tirar las cosas por los rincones y olvidarte de que te las dejabas conmigo. Ahora es tarde, las puertas se cierran, el alma me sirve de camuflaje, como dice la canción, y quizá, sólo quizá, con un poco de suerte consiga avanzar, dejarme llevar, respirar, y un monton de verbos que terminan en -ar.

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