Los gritos invaden de nuevo mis horas, no quieren dejarme escapar. No quiero desvariar pero se me van de las manos las promesas, se me escapan todos los minutos que juré no repetir. Y se aglomeran en las habitaciones para condensarse y volverse tensos. Tan tensos que escuece el alma al recordarlos. Aún escuece.
a veces me pasa lo mismo. somos humanos.
ResponderEliminarEcha fuera los problemas y modula la conversación.
ResponderEliminarBesos sin estridencias.